miércoles, 2 de diciembre de 2015

Inicios y síntomas de la Depresión Posparto

La depresión posparto puede presentar un gran abanico de síntomas, con diversos grados de intensidad dependiendo de los casos.


Irritabilidad
Propensión a la irritación y enfado, a veces sin motivo aparente.


Ansiedad
Sensación de incompetencia o de no ser capaz de salir adelante. Se puede mostrar preocupación por cosas que en condiciones normales se dan por sentadas. Algunas mujeres se sienten tan tensas que no son capaces de salir de casa y se muestran reacias a relacionarse con sus amistades. En otros casos también se evidencia un cierto temor a quedarse a solas con el recién nacido.


Crisis de ansiedad
Otro indicio pueden ser las crisis de ansiedad, también llamadas crisis de pánico o ataques de ansiedad. Sus síntomas incluyen manos sudorosas, palpitaciones y náuseas y pueden sobrevenir en cualquier momento del día, durante las actividades cotidianas. Los ataques de ansiedad son a menudo impredecibles y pueden resultar muy angustiosos, hasta el punto que se llegan a evitar ciertas situaciones o actividades si anteriormente se ha sufrido una crisis durante la realización de las mismas.

Problemas de sueño
Problemas para conciliar el sueño, incluso si el recién nacido está durmiendo plácidamente.

Cansancio
Sensación constante de cansancio y letargo, incapacidad para hacer frente a las tareas domésticas. También puede surgir falta de interés en la propia apariencia física, en el deseo sexual y en el entorno en general.

Concentración
Otro síntoma habitual es la pérdida de la capacidad de concentración, o la sensación de estar confundida o distraída.

Apetito
Puede afectar de dos formas: a veces se pierde el apetito y otras se come compulsivamente. En consecuencia se puede perder o ganar peso.

Llanto
Llanto frecuente e incontrolable, en ocasiones sin motivo aparente.

Comportamiento obsesivo
Limpiar la casa minuciosamente e intentar mantener siempre un nivel demasiado alto es una característica de este tipo de comportamiento. Algunas mujeres presentan miedos abrumadores, por ejemplo a la muerte. Otras afirman tener pensamientos recurrentes en los que dañan a su hijo, aunque las madres rara vez actúan en consecuencia.


Autoayuda

Lo más importante es creer firmemente que la recuperación es posible y buscar ayuda. Es preciso hablar de inmediato con la familia, un médico o enfermera del servicio público de salud.
  • Sea sincera con respecto a sus sentimientos y preocupaciones. Así, las personas que quieren ayudar entenderán mejor sus necesidades.
  • Aproveche cualquier ocasión para descansar. Échese una siestecita de vez en cuando. Si es madre lactante, su pareja puede encargarse de alguna toma durante la noche utilizando leche materna extraída previamente.
  • Coma bien, elija alimentos nutritivos que no requieran mucha preparación.
  • Pida a personas de confianza que le ayuden con cuestiones prácticas, como las tareas domésticas.
  • Reserve tiempo para relajarse con su familia y amistades.
  • Permítase un capricho al día. Puede ser un paseo por el parque, una
    sesión de ejercicio o simplemente un café con sus amistades.
  • Busque tiempo para divertirse. Acepte las ofertas sinceras para cuidar
    al recién nacido y salga a comer, al cine o a visitar amigos.
  • No pierda la intimidad con su pareja. Un beso y un abrazo pueden ser
    una fuente de consuelo, incluso si no le apetece practicar el sexo.



Infórmese sobre las estructuras de apoyo que hay en su zona
Tales como grupos de apoyo para madres o para lactantes y primera infancia. Las madres en situaciones similares a la suya pueden proporcionarle apoyo emocional y práctico. 

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